sábado, 25 de septiembre de 2010

Una escapada









Soy de la convicción de que el conocimiento de las normas siempre implica un arrebato gamberro que te incita a romperlas.
Hoy ha tocado.
Me he dado un paseo por el rastro, cámara en mano, pero me he dicho -"¿Y si voy robando fotos por ahí?" Cierta sonrisilla se me dibuja en la cara y sí, lo hago. Y tengo que decir que me lo he pasado en grande. Lo mejor ha sido cuando de vuelta a casa estaba ansioso, como un niño con un huevo kinder en las manos, por ver qué había captado mi hoy díscolo sensor. La opinión la reservo para cada uno, pero una escapada del camino a todos nos viene bien de vez en cuando.

Una pequeña muestra se queda aquí.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

De peldaños




Hay tres elementos cotidianos que me fascinan. Papeleras, bancos y escaleras. No puedo evitarlo, cada vez que me cruzo con alguno de éstos que no había visto antes procuro registrarlo y llevármelo en la cámara. El caso de las escaleras me persigue. No hay día que no suelte un jadeo al subir una, peldaño tras peldaño, la mirada ligeramente hacia arriba buscando el final, el último de ellos.
Es curioso, hacia abajo sólo miro cuando me tropiezo. A veces más de la cuenta. "La que me hubiera dado", pienso. Pero no, hay que subir, y en cuanto se pasa ese milésimo escalofrío se reanuda el ascenso.



Para Alba, porque una tarde me habló de una escalera.

jueves, 2 de septiembre de 2010

De reencuentros






Reencuentros
.

Pisar Madrid es siempre reencontrar y recordar. Y revivir. Y no olvidar. Soria ha sido corta e intensa, indescriptible. Repasar textos en un autobús de vuelta, pasar tardes de cervezas con Roberto, mi primo y mi hermano. T4 y La Latina. Gran Vía y siempre Marqués de Vadillo. Numancia con sus héroes, el Duero y la Laguna Negra. Olmos secos y Machado.

Os dejo algunas fotografías sueltas e inconexas, cuchilladas de cuatro días y cuatro noches que no podrían expresarse de otra forma por su grandeza.